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Tradición y Adaptabilidad: La Historia de la Conserva en Galicia

El Museo de la Conserva, una iniciativa impulsada por ANFACO y gestionada por FUNPROMAR, se ha convertido en un lugar fundamental para poner en valor el patrimonio material e inmaterial de la industria conservera. Durante nuestra visita este mes, tuvimos la oportunidad de sumergirnos en los siglos de tradición de este sector y conocer la historia y evolución de la conserva en Galicia. Desde sus modestos comienzos en Vigo hasta su expansión, el sector conservero ha experimentado diversos cambios a lo largo del siglo XX, adaptándose a circunstancias históricas, políticas y económicas.

Etapas en la historia de la conserva gallega

En este artículo, exploraremos las tres etapas clave de esta historia apasionante y destacaremos la capacidad de adaptación y resiliencia que ha permitido al sector de la conserva mantenerse en primera línea hasta el día de hoy.

1880: El Nacimiento de la industria conservera

La industria conservera en Galicia se desarrolla a partir del siglo XIX. La escasez de sardinas en Francia impulsó la importación de conocimientos y la utilización de la excelente materia prima gallega, lo que resultó en un florecimiento de la industria conservera en Vigo y otras localidades gallegas. La combinación de la experiencia en la salazón y el método de conservación francés sentó las bases para el éxito de la industria de la conserva en la región.

1910 y 1920: El esplendor de la conserva

Durante esta etapa, principalmente en Vigo, el sector de la conserva experimentó un auge gracias a los beneficios generados por la Primera Guerra Mundial y las oportunidades de exportación. El surgimiento de grandes fábricas conserveras consolidó a Vigo como un importante centro de producción y exportación de conservas de pescado y mariscos.

1930-1980: Crisis de la sardina y transformación del sector

La crisis económica del año 1929 y las dificultades de exportación durante el periodo franquista marcaron el inicio de tiempos difíciles para el sector de la conserva en Vigo. Sin embargo, muchas empresas aprovecharon esta situación como una oportunidad para diversificar sus productos y apostar por nuevas especies, en concreto por el atún tropical. Para muchos esa decisión fue el motor para construir una nueva etapa, la de las conservas actuales.

Además, se produjo una importante deslocalización de la industria conservera desde Vigo hacia otras áreas de Galicia. Las consecuencias de la guerra provocaron una necesidad de abaratar costes fiscales, lo que dio lugar a la instalación de fábricas en la zona de la Ría de Arousa donde la demanda de marisco, especialmente en el levante español, era alta.

Esta reubicación no solo permitió reducir costes, sino que también despertó el interés de muchos arousanos, vendedores de marisco de sus rías, por montar sus propias conserveras, como ocurrió con Real Conservera Española. Por tanto, esta deslocalización impulsó también el desarrollo de nuevas conserveras artesanales en la zona sur de Galicia, consolidando así una nueva etapa en la historia de las conservas gallegas.

El papel de la mujer en la conserva

En Real Conservera Española, conocemos muy bien la importancia de la mujer en nuestro sector. Desde las mariscadoras que recolectan los preciados productos del mar hasta las empacadoras que cuidadosamente seleccionan y preparan las conservas, las mujeres desempeñan un papel fundamental en cada etapa del proceso.

Pero durante nuestra visita al Museo de la Conserva, descubrimos algo verdaderamente interesante sobre el papel de la mujer en la industria conservera. A principios del siglo XX, la publicidad conservera comenzó a retratar a la mujer de una manera completamente nueva y revolucionaria.

Tradicionalmente, la mujer en la publicidad conservera era representada de forma idealizada y alejada del trabajo y la realidad de la industria. Sin embargo, entre 1910 y 1920, surgió una imagen transformadora: una mujer trabajadora en la fábrica, una cerradora. Esta imagen de una cerradora tuvo un impacto significativo en las fábricas de conservas.

El cambio fue notable. Los soldadores, que antes eran considerados los trabajadores más valorados y mejor remunerados, comenzaron a retirarse de las fábricas. La introducción de la cerradora representó una oportunidad para reducir costes y aumentar la eficiencia. Fue entonces cuando las mujeres asumieron la responsabilidad de realizar esta labor.

Este cambio organizacional transformó la dinámica laboral. La habilidad de las mujeres, su dedicación y capacidad de adaptación fueron clave para mantener la excelencia en la producción de conservas.

Un Legado Conservado

La historia de la conserva en Galicia es un testimonio fascinante de tradición y adaptabilidad. A través de los siglos, este sector ha demostrado una capacidad única para enfrentar desafíos y reinventarse en tiempos de cambios estructurales y coyunturales. Desde sus inicios modestos en Vigo hasta su expansión en Galicia y más allá, la industria conservera ha dejado huella en la historia y en el paladar de muchas generaciones.

Hemos recorrido las tres etapas clave de esta historia apasionante. Desde el nacimiento de la industria conservera en Galicia, basada en la combinación de la tradición ancestral en la salazón y el método francés, hasta el esplendor alcanzado durante la Primera Guerra Mundial y la diversificación de productos en tiempos de crisis, cada etapa ha dejado una marca significativa en el desarrollo del sector.

Hoy en día, la industria de la conserva en Galicia sigue siendo un referente en el mundo, gracias a su capacidad de adaptación, calidad de productos y respeto por la tradición. Es un testimonio vivo de la importancia de preservar el patrimonio material e inmaterial de este sector tan arraigado en nuestra cultura.

En el Museo de la Conserva, hemos tenido la oportunidad de sumergirnos en esta rica historia y apreciar la labor de todos aquellos que han contribuido a mantener viva la tradición conservera. Celebramos su dedicación y su pasión por llevar a nuestras mesas productos de calidad, elaborados con el arte y la experiencia transmitida de generación en generación.

Esperamos que hayáis disfrutado del legado de la conserva en Galicia tanto como nosotros. Deseamos que, la próxima vez que disfrutéis del delicioso sabor de nuestras conservas gourmet, recordéis que detrás de cada lata se encuentra una historia de esfuerzo, adaptación y amor por la tradición. Apreciamos vuestro apoyo a la industria conservera y esperamos seguir compartiendo nuestro legado con todos vosotros en cada bocado.